martes, 24 de enero de 2012

"Cuando hay tensión en pareja es difícil hablar"

"Cuando hay tensión en pareja es difícil hablar"

Pamplona, Ana Ibarra - Lunes, 23 de Enero de 2012 -
Trino y Edurne son una pareja atípica de las que han pasado por el servicio de Mediación Familiar del Gobierno de Navarra. O quizás no tanto. A los 50 y con hijos mayores las crisis entre parejas son bastante habituales... Lo que cambia es el desenlace, en este caso en positivo, ya que el proceso de mediación salvó sin quererlo su relación tras un largo proceso de reflexión. Acudieron al servicio para ultimar un acuerdo de separación y han terminado juntos de nuevo. Se casaron con 25 y 26 años respectivamente. Edurne se quedó con 28 años embarazada de dos mellizos que hoy tienen 22 años y estudian sus carreras universitarias en Galicia y Huesca. Vamos, volaron del nido.
Trino estudió guitarra en Pablo Sarasate, trabaja en una empresa por la mañana y da clases por la tarde. Ella dejó de trabajar para atender a la familia, luego se ocupó en algún trabajo doméstico mientras las cosas fueron bien, ahora es la que no tiene empleo. Hace quince años el deterioro en la relación se hizo más palpable. Una serie de situaciones familiares pospusieron la decisión final (la muerte de la madre de Edurne, la del padre de Trino...). "Hay muchas parejas en nuestra edad que se quedan frenadas ante una crisis, ven que dar un paso adelante puede ser arriesgado pero no por falta de ganas... La rutina hace que caigas en unos hábitos. La pasión, la química, la ilusión decae y entras en una especie de monotonía", afirma. Aún reconociendo que las cosas no iban bien, Edurne sufría por una posible ruptura, Trino veía entonces más carencias... Esperaron a que los niños cumplieran los 18 años porque veían más conveniente que fueran mayores. Cuando ya estaban decididos y veían que "era el momento" les aconsejaron acudir al servicio de Mediación llevando el máximo número de asuntos acordados.
"Fue una sorpresa porque creíamos que la mediación era una forma de orientación y, en realidad, descubrimos que no era así. Fuimos nosotros los que decidimos los puntos de acuerdo después de saber escucharnos. Otra ventaja fue saber que teníamos total libertad para recoger en un convenio las condiciones que fijaran ambas partes cuando piensas que todo está regulado por ley...". Cuando hay tensión en una pareja es difícil hablar. Todo se convierte en reproches, en callarse, en situaciones de falta de respeto... "Tener a una tercera persona enfrente te obliga a tener una conversación más constructiva y respetuosa", subraya Trino. Otro logro del proceso de mediación fue lograr un cambio de chip para sacar lo positivo del otro, ponderar lo que funciona frente a lo que no, los logros conseguidos en la historia de la relación, la situación de los hijos y saber que "no merece la pena discutir", admite Edurne.
La economía es otra clave importante que se tiene en cuenta a la hora de tomar una decisión de este tipo. "Hay una dependencia económica que puede tirar más que la sentimental y, en ese sentido, yo también sufría porque ella era la parte más débil", opina Trino. En su caso, se veían obligados a vender la vivienda que, de hecho, estuvo seis meses en venta entre todos los números que se pusieron sobre el papel. Al final, salió un comprador que estaba decidido a ocuparla. Durante esos meses fue principalmente ella la que empezó a revisar la relación a fondo. "Cada vez que veía el cartel se me caía el alma a los pies, no estaba convencida de romper con todo y, además, le quería. En el fondo albergaba la esperanza de mantener la relación", reconoce. Dispuesta a luchar por la relación acudió a talleres de autoconocimiento para "mejorar el autocontrol ante situaciones difíciles, a dominar el carácter y compartir experiencias con otras personas..". Él también quiso dar una nueva oportunidad a la relación y a ellos también para hacer más cosas (Edurne quiere especializarse en su fuerte, la cocina elaborada). Los sentimientos de ambos se descubrieron más sólidos. De modo que llegó el comprador de la casa y le dijeron que no la vendían.
Ahora es tiempo de explorar un nuevo camino sabiendo, como dicen, que la pareja no es la panacea de todo y que hay que vivir el presente en una etapa de vida, la segunda parte por decirlo de algún modo, que corre más deprisa. Después de este proceso se dan cuenta de que muchas rupturas son resultado de la precipitación y que es necesario, reiteran, un tiempo de "debate sosegado y queriendo lo más justo para la otra persona cuando se le quiere". "Muchas veces cuando se recurre a un abogado se busca una solución rápida para pagar menos, y se dejan las cosas mal atadas", apostillan.

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