viernes, 17 de febrero de 2012

Miedo, ira y vergüenza, resistencias que deben vencer los mediadores

Miedo, ira y vergüenza, resistencias que deben vencer los mediadores

 Los mediadores deben afrontar sensaciones y sentimientos que dificultan e, incluso, llegar a impedir la mediación entre las víctimas y los autores de los delitos. Por un lado, el miedo y la ira que atenazan a las personas denunciantes, que se sienten inseguros al enfrentarse a la persona que les robó, les lesionó o causó algún daño en sus bienes; por el otro, el sonrojo que padecen los denunciados al verse implicados en un procedimiento judicial y sentarse en frente de la víctima.
Combatir y rebajar esas emociones resulta fundamental para llevar a buen puerto la mediación y que las dos partes acaben alcanzando puntos de encuentro para un acuerdo positivo. En ello se vuelcan los mediadores, que actúan en pareja. "Tiene ventajas, como por ejemplo que un mediador empatice con una de las partes y el otro con la otra", expone Manuel Ledesma, coordinador del Servicio de Mediación Penal.
"A las víctimas les falta información en el procedimiento penal, por lo que sienten miedo", señala Ledesma. "También es inseguridad", apunta la juez Mari Paz Benito. "Esa inseguridad y el hecho de que el mediador les diga que se debe sentar con la persona que les ha agredido hace que surja el miedo". En este cóctel emocional también aparece "la venganza y la ira".
Con el agresor, sobre todo en juicio de faltas (infracciones penales de menor gravedad), la emoción con la que lidian los mediadores es la vergüenza. "Los agresores acuden a un juicio de faltas sabiendo que lo que han hecho no está bien. Saber que en un momento determinado tienen que enfrentarse a la persona a la que han agredido les genera esa vergüenza, que también supone un obstáculo que hay que vencer", admite Ledesma,
Para tumbar estas resistencias, los mediadores emplean diversas técnicas encaminadas a facilitar el diálogo. "Se trata de abrir puertas a acuerdos y mover intereses. Nosotros no damos la solución, sino que somos un puente para cruzar el río, pero no podemos obligar a cruzarlo".
En los casos más enconados, existe una alternativa para desarrollar la mediación, como es la vía indirecta. "Las partes no se sientan directamente en la misma mesa, sino que se emplea un sistema epistolar. Los mediadores seríamos los transmisores de la información, pero se utiliza muy pocas veces. Lo normal es una reunión conjunta", subraya el coordinador del servicio.

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