miércoles, 4 de abril de 2012

Acuerdos sin toga ni sentencia

Acuerdos sin toga ni sentencia

03.04.12 - 00:21 -
A las mismísimas puertas del pleiteo se abre, desde ayer, una nueva puerta para cualquier valenciano envuelto en conflictos vecinales, desacuerdos de familia, deudas o amenazas de desahucio. Estan son sólo algunas de las cuestiones que, desde ya, pueden resolverse gracias a la mediación, un método que evita el gasto de recursos profesionales, tiempo y dinero que conlleva un juicio.
Este nuevo proceso, para el que se han preparado más de 200 abogados valencianos, echó ayer a andar en el Decanato de la Ciudad de la Justicia. Una familia a punto de iniciar una lucha en los tribunales por una herencia acudió a informarse a este departamento derivada por el juez que recibió su caso. Ahora deberá decidir si inicia el proceso de mediación. En caso de que así sea, celebrarán varios encuentros con un letrado mediador en la sede del Colegio de Abogados de Valencia (ICAV), se ahorrarán el pago de abogado y procurador, ganarán tiempo y posiblemente encuentren una solución basada en el acuerdo. Sin necesidad de costosas pruebas, testigos ni sentencias, pero con el mismo valor y además supervisada por el juez.
«No podemos llamarnos árbitros. Tampoco psícólogos. Ni jueces. Lo más parecido al mediador podría ser un buen diplomático», ponen como ejemplo Ana Vall y Beatriz Rabasa, coordinadora de formación de mediadores y presidenta de esta sección en el ICAV. El abogado mediador es un curioso plato cocinado con «psicología, conocimientos legales, capacidad comunicativa o sentido común», una especie de 'escuchador' profesional que sugiere, aconseja e invita pero no impone. Puede ayudar a eso que comúnmente se conoce como «hacer las paces», es decir, «lograr un reencuentro entre las partes de manera satisfactoria y sin el mal trago del jucio».
El nuevo servicio no aspira a rehacer un matrimonio hecho añicos, pero sí a que entre los padres y el mediador encuentren la solución más favorable para su hijo en común. O a lograr compromisos de pago de una hipoteca sin llegar al temido desahucio. O a que esas humedades de una inundación sean afrontadas por el vecino de arriba con unos plazos razonables.
Paco Nemesio, tesorero del ICAV, confirma que la mediación ya ha cosechado sus primeros éxitos fuera de la vía intrajudicial desde que la Ley de Mediación entró en vigor a principios de marzo. «Fue en un caso de divorcio», expuso sin entrar en más detalles para salvaguardar la confidencialidad. Además, existe otro asunto en pleno proceso de mediación.
Gratis por un año
Nemesio estima que el ICAV se ha preparado para asumir un millar de casos al año. En el caso del divorcio, por ejemplo, calcula que cada miembro de la pareja se ha ahorrado 1.500 euros en asistencia letrada. Además, «ha quedado resuelto en dos semanas, en vez del año» que suele durar este contencioso por la vía judicial ordinaria.
El nuevo servicio cuenta con una especie de 'oferta de lanzamiento': totalmente gratis durante un año para darse a conocer a los ciudadanos. Después habrá que pagar, pero en ningún caso con los desembolsos propios de un juicio.
Todos los juzgados de civil y de familia pueden ya derivar a este servicio los asuntos que los jueces perciban que son susceptibles de resolverse a través de la mediación. Cuando atisban posibilidad de arreglo lo comunican a las partes. Si aceptan, les remite al despacho de mediadores en el Decanato.
Todo el proceso está tutelado por el magistrado e iniciar el recorrido de la mediación no supone renunciar al procedimiento abierto en el juzgado, que supervisará el posible acuerdo «para evitar temor de abuso o desprotección de una parte frente a otra».
Alicia Bayarri y Mercedes García son las dos primeras letradas que atendieron conflictos en el Decanato. «Es algo gratificante. Ayudamos, por ejemplo, a que matrimonios rotos sean capaces de mirarse a los ojos. Brindamos herramientas para reconducir situaciones difíciles», resumen.

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